martes, 7 de octubre de 2008

TP 4“reflexiones a las figuras del periodista y el etnógrafo”

“Lo que un buen etnógrafo debe de hace es ir a los sitios, volver con información sobre la gente que vive allí y poner dicha información a disposición de la comunidad profesional de un modelo practico” C. Geertz

Después de la lectura de Clifford Geertz me surgió una idea nítida sin especulaciones: a partir de que en estas tierras fueron descubiertas, donde el viejo mundo (¿viejo mundo europeo?, ¿éramos acaso jóvenes indios de unos cuantos siglos?) se impuso en avalancha como loca empedernida sobre todo tipo de piedra brillante (lo que brilla encegese) a estas tierras, el hombre quiso ser dios una vez más, la etnografía en su caso, era su mentor. Asusta. El antropólogo como autor vaga en los escritos de densidad descriptiva sobre el otro (o nosotros). Como se puede indagar en los escritos desde Levi- Strauss a Evans-Pritchard, pasando por Malinowski, la descripción de otro indudablemente separa. No adhiere. Sujetiviza. Ni siguiere ironiza. Siempre merece una delicada atención sobre lo descrito. Concuerdo con Clifford sobre los textos antropológicos deben ser planos y faltos de toda pretensión y que puedan evitar el atento examen crítico literario ni merecerlo. Hay un carácter concreto de las descripciones etnográficas pero siempre (casi nunca) van caminando a la orilla del etnocentrismo ya que la densidad descriptiva posibilita de llegar a tratar a la gente por objetos, de “escuchar a la palabra pero no la música” y oscilar en forma pendular por ambos polos (objetivo/subjetivo) y cuyo resultante queda totalmente híbrido sus textos. Pero esto no termina aquí todo esta apertura de la ideas de Geerzt podría semejarse a las tareas diarias de un periodista. Asusta, el etnocentrismo como fantasma en los etnófragos pero el fantasma mas temeroso de estos días es indicar a un periodista que la silla de su trabajo es la calle. La búsqueda, la densidad de la noticia pierde nitidez en el afán de informar ¡ya! Pregunto: ¿qué sería del cronista sin la herramienta de una profunda investigación? Construir ficción y dejar de lado al otro más cercano: nosotros.

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